miércoles, 10 de noviembre de 2010

Negro y Blanco

En esta mañana lujuriosa del mes de marzo,
sentada en el sillón donde tantas veces 
me mantuviste inquieta en tu regazo,
voy pasando momentos instantáneos de color negro y blanco.

Mirando a la ventana, suspirando por volver atrás,
y sentir como todas esas fotos,
vuelven a descontar a mi cintura el paso de los años.

La de color pastel muestra aquella primera vez
que fuimos juntos de viaje,
ésta otra refleja las tardes en las que esperamos
ansiosos la caída del luminoso
en una orilla de un mar arrogante.

Y las noches en tu casa ya no la relejan las fotos,
porque perderían el encanto del recuerdo
a media tarde del llanto de un ruiseñor que cantaba;
el cosquilleo en mi barriga de las hojas
de sauce que encontraste,
y el gato sensible de tu cordura arrimado a nosotros.

Y ahora, como las ramas del árbol,
mis recuerdos me atormentan,
porque un día te fuiste con algunos de los momentos instantáneos
de color negro y blanco,
y borraste de mi mente el sabor amargo
del paso de los años.

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