miércoles, 17 de noviembre de 2010

Estrella que no quisiste

Pies descalzos, rodillas frenadas por el suelo,
alimento errante de mi cordura,
que siembra fuego por dentro.

Aseguraste vivir algo nuevo,
incapaz de articular palabra te encontrabas,
como si de la primera vez se tratase,
me contabas.

Camino izquierdo he encontrado
peor aun que tu sombra,
con más recuerdo tatuado
que tu dolor en mi pecho sin traje.

No fue con honra ni coraje,
pero aun viviría mil veces para lamentarme
un millón más de auroras.

Porque no quisiste venir a la orilla
de mi cielo entonces nublado,
y ahora perturbas mi sed a esa que mantenía
callando.

Lamentando, ¿sabes? cada rincón de mi cintura
por haber robado de lo nuestro
y haber participado de toda una vida insensata,
maniatada a tu cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario