martes, 18 de enero de 2011

Mejor...ahora

No me deshice de una sonrisa aun cuando
todo encaminaba al desenfreno,
ni atornillé un llanto sin lamento alguno
cuando la esperanza se desvanecía en murmullos.

Y llegó el aire primaveral que necesitaba
para que todo fuese perfecto,
y calaron rayos imparables de sosiego
que apenas me frenaban.

Siempre he dicho que nunca me arrepentiría
de haber hecho cualquier cosa;
aun en derrota supe felicitarme
porque no me persiguió la cordura.

Hubo días en los que añoré
no haberlo hecho, no haber saciado de ganas
las mías, que no llegaron a convencerme del todo.
Vivo mejor haciendo lo que me presta,
con una efímera gota de lamento,
que prestarme a la normalidad de las cosas
y vivir con la angustia de no haberlo hecho.


Estefanía

miércoles, 5 de enero de 2011

Hoy mismo

Supe a ratos que lo nuestro moría por días,
tu amor fraternal de primavera
nunca llegó a mis brazos, que acurrucada
me mantenían callando de golpe.

Hoy tus brazos están hechos de hielo,
y no un tortazo ni magulladuras,
pero si un abrazo roto quedó entre nosotros
sin apenas herirnos del todo.

Palabras más duras que el silencio mismo,
que no son verdades, pero si aumentan
el ego que tú misma construiste,mientras,
el mío vagaba por el subsuelo de la cobardía.

Ni noches ni días llegaste con el corazón deshecho
con una simple sonrisa, ni con vocal
de arrepentimiento que jamás mis oídos descubrieron.

No me quedan más fuerzas que el egoísmo
que en ti descubrí,
ni más amor que el roto que desprenden
mis besos falsos de bienvenidas.

Ahora no soy yo quien llora desconsolada y sola,
ahora eres tú quien acobardada por el futuro
te callas y respiras, tragando despacio el veneno
que sobró conmigo.

lunes, 3 de enero de 2011

Por momentos

El agua llegó al arroyo cansada,
tu ingratitud se coló en ella despacio
sin imaginar tan siquiera que le daría
tal portazo a su descaro.

Ni siquiera yo sabría decir como el agua
llegó sola al arroyo,
pero a esas horas ya era tarde para
remediarse, y aguardé las horas
para estar contigo.

Al menos un abrazo o una palabra sola
hubiese bastado para olvidar
de un suspiro los años que pasaron
pero que siguen con fuerza ahí contigo.

No olvides que cada rama que llevó el arroyo
acogió a su paso lágrimas que ahogaron,
pero maestras de una nueva vida para vosotros.