No me deshice de una sonrisa aun cuando
todo encaminaba al desenfreno,
ni atornillé un llanto sin lamento alguno
cuando la esperanza se desvanecía en murmullos.
Y llegó el aire primaveral que necesitaba
para que todo fuese perfecto,
y calaron rayos imparables de sosiego
que apenas me frenaban.
Siempre he dicho que nunca me arrepentiría
de haber hecho cualquier cosa;
aun en derrota supe felicitarme
porque no me persiguió la cordura.
Hubo días en los que añoré
no haberlo hecho, no haber saciado de ganas
las mías, que no llegaron a convencerme del todo.
Vivo mejor haciendo lo que me presta,
con una efímera gota de lamento,
que prestarme a la normalidad de las cosas
y vivir con la angustia de no haberlo hecho.
Estefanía
Las esquinas del agua,
ResponderEliminarel callejón,
y la vida.
Son tres concurrencias en la ciudad,
y en mi habitación,
una mar en mi mesilla,
un siglo de maravillas profundas
y en el techo un millar de ideas arrepentidas.
Nadie lo duda,
que mis ideas son hormigas sobre el folio,
blanca página,
moral desnuda,
de obrera línea recta,
de rima carcomida.
Y mejor ahora,
el tiempo agotado,
descansando sobre el reloj,
y tapado hasta las cejas,
con el calor que da el pasado
apagandose en clamor.
E.M.G
No es que tenga mucho tiempo pa escribir, pero bueno, de vez en cuando me gusta hacer regalitos
Hubo días en los que añoré
ResponderEliminarno haberlo hecho, no haber saciado de ganas
las mías, que no llegaron a convencerme del todo.
Vivo mejor haciendo lo que me presta,
con una efímera gota de lamento,
que prestarme a la normalidad de las cosas
y vivir con la angustia de no haberlo hecho.
AMÉN